El Código de Ética y Conducta Profesional de la Association for Computing Machinery (ACM 1992), la mayor asociación académica mundial en el área de la Computación, fundada en 1947 y que hoy cuenta con más de 100,000 integrantes; inicia con un preámbulo, en el cual además de presentar el contenido de las cuatro partes que componen el documento, se advierte de la existencia de unas directrices que ayudan a utilizar el código en la toma de decisiones morales sobre la conducta profesional.
La primera sección del código establece
unos imperativos morales de tipo general, que están expresados precisamente de
forma general para recalcar que son el origen de los principios que atañen
específicamente a la ética profesional de la computación. Al mismo tiempo,
iluminan sobre el camino a seguir a la hora de interpretar las normas del código,
o incluso los conflictos entre diferentes normas que pueden surgir en ciertas
situaciones: en estos casos, se debe reflexionar cuidadosamente sobre los
principios generales. Tales principios son los siguientes (ACM 1992):
• “Contribuir al bienestar de la
sociedad y de los seres humanos”
• “Evitar el daño a otros”
• “Ser honesto y confiable”
• “Ser equitativo y tomar medidas para
no discriminar”
• “Respetar los derechos de propiedad,
incluyendo patentes y copyrights”
• “Dar el crédito apropiado por la propiedad
intelectual”
• “Respetar la privacidad de los demás”
• “Respetar la confidencialidad”
Estos principios generales, como se
decia, son los que informan las responsabilidades más específicas o propias de
la actividad profesional, presentadas en la segunda sección del Código (ACM
1992):
• “Esforzarse por alcanzar la más alta
calidad, eficacia y dignidad tanto en los procesos como en los productos del
trabajo”
• “Adquirir y mantener la competencia
profesional”
• “Conocer y respetar las leyes vigentes
que se corresponden al trabajo profesional”
• “Aceptar y proporcionar revisiones
profesionales”
• “Proporcionar evaluaciones completas y
exhaustivas de los sistemas informáticos y sus impactos, incluyendo análisis de
los posibles riesgos”
• “Respetar los contratos, los acuerdos
y las responsabilidades asignadas”
• “Mejorar el entendimiento público de
la informática y sus consecuencias”
• “Acceder a los recursos de computación
y comunicación sólo cuando existe autorización para hacerlo”.
La sección 3, titulada “Imperativos de
liderazgo organizativo”, atiende a las obligaciones morales de las
organizaciones, un aspecto que según la ACM a menudo resulta desatendido en los
códigos de ética profesionales, que normalmente se elaboran teniendo en cuenta
la perspectiva personal. La ACM resuelve el problema redactando esta parte del
código desde la perspectiva de los líderes de una organización. De este modo,
se refiere a los siguientes imperativos:
• “Articular las responsabilidades
sociales de los miembros de una unidad organizacional y fomentar la plena
aceptación de dichas responsabilidades”
• “Gestionar al personal y los recursos
para diseñar sistemas informáticos que mejoren la calidad de la vida laboral”
• “Reconocer y apoyar los usos
apropiados y autorizados de los recursos de comunicación e informáticos de una
organización”
• “Garantizar que los usuarios y quienes
resultan afectados por un sistema han articulado claramente sus necesidades
durante la evaluación y el diseño de los requisitos; después, el sistema debe
ser validado para cumplir con los requisitos”.
• “Articular y apoyar políticas que
protegen la dignidad de los usuarios y de quienes resultan afectados por un
sistema informático”
• “Crear oportunidades para que los
miembros de una organización aprendan los principios y limitaciones de los
sistemas informáticos”
La cuarta y última sección del Código se
refiere a la conformidad con el Código, señalando que los miembros de la ACM
deben cumplir y también promover los principios del mismo, así como que deben
considerar que las violaciones de éste son incompatibles con la pertenencia a
la asociación.
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